México, por su riqueza turística y cultural, es especialmente propicio para tomar unas vacaciones de fin de año. Es un caudal inagotable de lugares fascinantes que, lo mismo pueden satisfacer a los aficionados al ecoturismo y al turismo de aventura, que a los viajeros interesados en conocer ciudades coloniales o sitios arqueológicos. Pero, para el caso de pasar unas vacaciones de fin de año en un destino de playa, uno de los lugares que nunca nos defraudan es Acapulco. Su clima agraciado, sus playas encantadoras, su riqueza gastronómica y la cordialidad de los lugareños, hacen que recibir la llegada de un nuevo año en Acapulco, sea algo por demás disfrutable.
Acapulco es uno de los complejos vacacionales más relevantes y visitados de México. En primera instancia, por la gran cantidad de playas que posee y en dónde se tiene la oportunidad de gozar del mar, la arena y el sol. Por otra parte, nos obsequia con una vida nocturna de primer nivel, así como también, una gran diversidad de espectáculos, eventos culturales y deportivos. En toda la extensión de la bahía hay excelentes hoteles, tiendas, restaurantes y otros servicios enfocados a los turistas. Además, este destino guerrerense se localiza a 410 kilómetros de la capital del país, siguiendo la Autopista del Sol.
Es importante señalar que, las mejores temporadas para viajar a Acapulco, son en verano y en invierno. Por lo cual, para pasar allí el fin de año, es una excelente alternativa. Acapulco finca su celebridad, principalmente, en sus varias playas, en dónde las aguas del Pacífico bañan su gran bahía. De entre las playas de Acapulco más famosas, tenemos a Caleta, Caletilla, Condesa, El Morro, Hornos y Hornitos, así como también Icacos, Majahua, La Angosta, Playa Larga. Puerto Marqués, Tamarindo, Revolcadero y Barra Vieja entre varias más.
En las distintas playas de Acapulco, se pueden desarrollar casi todas las actividades recreativas de corte acuático que existen. Las predilectas de los lugareños y turistas son: la motonáutica, el veleo, el esquí, el buceo y el vuelo en paracaídas. Acapulco impresiona, tanto por su moderna infraestructura turística, como por sus maravillas naturales, como es el caso de la extensión de su bahía. La entrada a la bahía de Acapulco, mide más de 2 kilómetros de ancho y en ciertas zonas, presenta profundidades mayores a los 84 metros.
Para experimentar una vivencia vacacional única, durante fin de año, Acapulco se proyecta como excepcional, por la magia singular que caracteriza a este destino, uno de los mejores del Estado de Guerrero y de todo el Pacífico Mexicano.