El Distrito Federal ofrece a sus visitantes nacionales y extranjeros una vasta gama de aromas y sabores, particulares de su amplia y rica tradición gastronómica. Esta última se ha ido enriqueciendo con el paso de los siglos, haciendo que las mesas de los mexicanos se llenen de ricos platillos, postres y bebidas, capaces de satisfacer los paladares más exigentes.
Saborear unos sabrosos tacos, unas quesadillas elaboradas a mano, o las infaltables tortas, es posible, tanto en restaurantes de categoría como en puestos de la calle o en los tradicionales tianguis. Por lo común, para la preparación de estos antojitos, se utilizan elementos típicos de la cocina prehispánica, como el aguacate, los nopales, la calabaza, el maíz, entre varios más, los cuales, sabiamente combinados, dan lugar a verdaderas delicias.
Pero al mismo tiempo, el Distrito Federal, al incluir en su territorio a la urbe más grande del mundo, la Ciudad de México, es un ámbito de gran multiculturalidad y cosmopolitismo. Por tal motivo, allí se pueden hallar numerosos restaurantes de cocina internacional de primera categoría.
Como quiera que sea, salada o dulce, la comida que se degusta en la Ciudad de México, incluye siempre un dejo de tradición que cautiva al paladar, en especial por su sutil exotismo y gran diversidad, la cual se hace patente, en fondas, mercados populares y finos restaurantes.
Por sus intensos sabores y aromas suculentos, la cocina del Distrito Federal, ostenta una identidad propia. Sus condimentados caldos, calientes e irresistibles, surgieron del mestizaje culinario que vinculó tradiciones prehispánicas, francesas y españolas. El chile, el frijol y el maíz, son la trinidad básica de la cocina mexicana, y se combinan en creaciones gastronómicas de corte popular como los tacos, tortillas, quesadillas y enchiladas, entre varias otras.
Imposible no mencionar el mole o los chiles rellenos, platillos que combinan sabores dulces y picantes con tanta fortuna, que logran producir una impresión en el paladar difícilmente olvidable. Igual de recomendables son los deliciosos chilaquiles, los cuales se preparan con tortillas fritas bañadas en salsa, acompañadas de queso, crema, carne de pollo o carne de res.
También imperdibles son las llamadas “comidas corridas”, las cuales se encuentran en calles y mercados de la Ciudad de México, así como también en otras pequeñas comunidades del Distrito Federal. En ellas, por un módico costo, se nos sirve sopa, guisado y postre, casi siempre acompañado de un rico plato de arroz con huevo o plátano.