Hernán Cortés y sus claroscuros en la historia antigua de México

Uno de los aspectos más controvertidos de la historia mexicana tiene que ver con las facetas que nos ofrece Hernán Cortés, el conquistador español. Es un personaje de claroscuros que tiene una gran relevancia. Sobre todo para el fin de los tiempos precolombinos en Mesoamérica como también en la formación más incipiente de nuestra nacionalidad.

A diferencia de la visión demasiado negativa de Cortés que nos ofrecen los historiadores de corte nacionalista. Estudiosos como Christian Duverger nos han presentado una perspectiva distinta de Hernán Cortés como figura histórica, y en cierto sentido, como elemento fundamental de la mexicanidad.

Millones de mexicanos y otros tantos europeos consideran a Cortés como un ambicioso mercenario. Un hombre que devastó imperios enteros en la América Antigua por su hambre voraz de tesoros.

Pero Duverger y otros críticos de la llamada Leyenda Negra de España ofrecen testimonios de Cortés muy diferente. Lo muestran como una persona que apreciaba a los indios y que los trataba como sus iguales. Ellos refieren que Cortés padeció malaria y que cuando pasaron rachas negativas pago de su propio bolsillo a los soldados que lo apoyaban.

También procuró ofrecer alimento a las mujeres y niños que sobrevivieron a la Guerra de la Conquista. Los estudiosos que defienden esta imagen de Cortés destacaron que tenía estimación por el tlatoani Moctezuma. También que era un militar generoso, noble, valiente, bravo y prudente.

Hernán Cortés posee una vista diferente

Muy diferente es la reinterpretación de la Conquista que llevaron a cabo los masones, con una perspectiva maniqueísta. Es una versión en la que Hernán Cortés aparece como un sujeto nefasto, una especie de pirata cruel y sanguinario que ordenaba a sus hombres invadir y asesinar.

No obstante, esta lectura nacionalista de la Conquista también deja de lado que los mexicas (y varios otros pueblos del México Antiguo), practicaban cruentos sacrificios humanos y que tenían un belicoso comportamiento con las demás etnias de Mesoamérica. Esa circunstancia fue la que llevó a los tlaxcaltecas a unirse con los españoles para escapar del yugo azteca.

Los mexicas y muchos otros pueblos mesoamericanos creían en Quetzalcoátl, el sabio dios manifestado en una sierpe emplumada. Cuando arribaron los españoles al territorio mexicano los caudillos indígenas pensaron que Cortés era el propio Quetzalcoátl. Mismo que regresaba después de haber sido desterrado hace siglos. Eso también propició el desenlace que tuvo la Conquista, la caída de Tenochtitlan y el surgimiento de la Nueva España.  

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