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Ruta Barrancas del Cobre

Chihuahua es una garantía de disfrute turístico por las privilegiadas condiciones naturales con las que cuenta y su impresionante patrimonio histórico. Tanto a los aficionados a recorrer los paisajes silvestres más impresionantes del país, como a quienes gustan más de visitar importantes edificios y monumentos históricos, tienen en Chihuahua un caudal inagotable.

En lo que se refiere al primer campo de interés, el potencial ecoturístico de este estado del norte de la República Mexicana es enorme. Pocas entidades de México tienen tantas regiones fascinantes, tantos ambientes en donde capturar impresionantes fotografías y vivencias, difícilmente olvidables, de contacto pleno y puro con la naturaleza.

Como muestra de lo anterior, basta comentar acerca de la Ruta Barrancas del Cobre. Es una propuesta de recorrido turístico que nos llevará a descubrir por qué razón Chihuahua es uno de los lugares más visitados de nuestra nación. Quienes decidan pasar sus vacaciones emprendiendo el itinerario que detallaremos en los siguientes párrafos, seguramente quedarán ampliamente satisfechos, por las abundantes maravillas silvestres, históricas, y ecoturísticas que esta región de Chihuahua tiene para ofrecer.

Chihuahua es el impactante ámbito en donde se localizan las Barrancas del Cobre, conjunto de formaciones geológicas, únicas en todo el planeta. Con justa razón han sido declaradas como Patrimonio Natural de la Humanidad.

Desarrollar el recorrido de 650 kilómetros que incluye, perfila al famoso tren El Chepe, como una excelente alternativa y apoyo. Este ferrocarril transita desde Chihuahua hasta la región del Pacífico, partiendo de la estación que hay en la capital del estado, y llegando hasta la ciudad de Los Mochis en Sinaloa.

El Chepe comienza su camino a las 6 de la mañana y el viajero pronto quedará inmerso en un ambiente de montañas colosales. La primera escala de la travesía, la tenemos en Ciudad Cuauhtémoc, zona productora de manzanas y en donde habita la comunidad menonita más significativa de México. Ciudad Cuauhtémoc, es recomendable para comprar los ricos y frescos quesos, tradicionales de la región.

Luego sigue el pueblo de Creel, el umbral a la Sierra Tarahumara y uno de los más atractivos Pueblos Mágicos. Allí, es imperdible conocer el Lago de Arareko, la Cascada de Cusárae y el Valle de los hongos. También destacan el Museo de la Cultura Tarahumara y varios sitios más. Creel cuenta con diferentes alternativas de alojamiento, bastante accesibles.

A continuación aparece Divisadero, uno de los lugares más hermosos de la Sierra Tarahumara, puesto que en este sitio se entreveran las Barrancas del Cobre con las de Tararecua y las de Urique. De igual manera, es la única oportunidad que se tendrá, a lo largo de esta ruta, para bajar al mirador. Por lo general se tienen unos 15 o 20 minutos para ello.

Si se toma la decisión de descender en la estación, se puede llevar a cabo un paseo hasta los miradores de La Escalera, Piedra Volada. Allí también destacan la admirable cascada de Basaseachi y las tradiciones de los indígenas rarámuris, quienes viven entre las barrancas y preservan sus antiguas costumbres con orgullo y respeto.

Importante resulta no perderse el Parque Aventura Barrancas del Cobre, puesto que incluye una tirolesa con la cual se pueden atravesar barrancas de hasta 450 metros de altura y un teleférico, el cual transita 2,750 metros y que, con la extensión de 5,500 metros adicionales que se construyen, llegará a ser el tercer teleférico más largo del orbe.

A unos 4 kilómetros del punto anterior, se única la siguiente escala de la Ruta de las Barrancas del Cobre. Se trata de Posada Barrancas, un sitio ideal para detenerse y apreciar la rica biodiversidad que lo caracteriza. Mamíferos, reptiles y aves de las variedades más asombrosas, habitan en este paraje.

Posteriormente, a 478 kilómetros, la siguiente estación es Bahuichivo. En este punto existe un camino de terracería que nos lleva a Cerocahui, en donde aparece una misión construida por los jesuitas, además de valles y cascadas de encantadora estampa. Luego, a unos 34 kilómetros, tenemos a Urique y el cañón de mayores dimensiones en toda la ruta, con su profundidad de 1,879 metros. A 36 kilómetros de allí, se levanta el pueblo de Batopilas y su notable mirador conocido como La Bufa.

Las etapas finales de esta ruta comprenden a Temoris, sitio con muchos cañones, túneles, puentes y cascadas; el Fuerte, ya en Sinaloa, significativo centro minero y misionero del siglo XVIII y en donde se puede practicar la pesca deportiva en el Rio Fuerte; y al final, la ciudad de Los Mochis, con su rica gastronomía.

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